Es del conocimiento público que las plantas en general durante el proceso de fotosíntesis generan oxígeno y purifican el ambiente, pero estudios de ciertas especies y sus efectos sobre agentes contaminantes específicos como el formaldehído, el benceno y el tricloroetileno realizados en el año 1989 por la NASA para su posible utilización en bases espaciales aseguran que una sola planta de las estudiadas, de tan solo quince centímetros de altura, bien cultivada y conservada en una maceta dentro del hogar o la oficina, puede purificar casi el 90% de estos contaminantes, responsables de alergias, asma e irritación de piel, ojos, nariz y garganta, en un espacio cerrado de hasta cien metros cuadrados.
Los formaldehidos están presentes en todos los ambientes cerrados, en los muebles de fórmica y madera prensada, en los revestimientos aislantes de paredes y techos, servilletas y papel de todo tipo y artículos de limpieza. Especiales para eliminar del ambiente los formaldehidos son la palmera bambú, la azalea, la planta de araña, la planta de maíz, el filodendro y el crisantemo.
El benceno está presente en todos los plásticos, aceites, productos farmacéuticos y de limpieza, pinturas, caucho, gasolina y humo Son efectivas para limpiar el ambiente de sustancias como el benceno y recomendables para cualquier espacio interior el crisantemo, la hiedra, la dracaena marginata, la dracaena Janet Craig, la warneckei, la margarita de gerbera y la cala o lirio de la paz.
El tricloroetileno está presente en productos comerciales como barnices, lacas, adhesivos, pinturas, tinta de impresoras y también en algunos artículos de limpieza y desengrasantes. Para purificar el aire del tricloroetileno resultan de gran eficacia especies como la dracaena margarita, el crisantemo, la cala o lirio de la paz y la warneckei, especialmente recomendadas para industrias de limpieza, oficinas y casas.