La Cúrcuma es una planta herbácea de la familia de las zingiberáceas; es un género que posee gran aroma y pertenece a los ingredientes del curry proporcionando una pigmentación amarillo intenso. Se cultiva en la India y lugares asiáticos por las condiciones climáticas que esos lugares le ofrecen. Su cultivo es delicado en cuanto al clima y suelo donde se desarrollarán. Sus propiedades terapéuticas nos ofrecen beneficios antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas y una capacidad extraordinaria para atravesar la barrera hemato-encefálica por cuanto su capacidad como neuro-protector es aplicada para variadas alteraciones del sistema neurológico; en casos de mejorías en pacientes con Parkinson han sido muy reconocidos, así como en otras afecciones cerebrales como el caso de alzheimer. A la cúrcuma también se le reconoce otros beneficios para promover buena salud, algo así como para lograr niveles de colesterol saludables, suprimir coágulos sanguíneos, suprimir casos relacionados con diabetes, artritis reumatoideas, esclerosis múltiples, de protección del hígado, de los pulmones, disminución de problemas tumorales, regeneración celular y contra afecciones oculares como es el caso de las cataratas.
La cúrcuma se ingiere bajo una cierta preparación a través de emulsiones combinadas con huevo o hervida en agua. Debe ser ingerida al momento luego de su proceso de preparación porque su concentración en porcentaje de efectividad disminuye rápidamente; solo un lapso de cuatro horas es recomendado para su consumo y no más; al tiempo de seis horas después de ser preparada pierde su efectividad en un ochenta por ciento.
Agradecidos de los beneficios terapéuticos de la cúrcuma, sobre todo teniendo presente algunas de las afecciones a las que pudiera favorecernos, es bueno considerarla para su cultivo en el lugar más cercano; ya que, además, nos ofrece aportes para ser utilizada en el arte culinario y ser utilizada en vez del azafrán que tiene el inconveniente, para algunos, de su alto costo.
Para cultivar la cúrcuma se necesita abundante calor húmedo, requiere temperaturas altas de aproximadamente 30°C y zonas con gran humedad durante todo el año. Así que en la decisión de optar por hacer un cultivo hay que considerar unos tips muy importantes para lograr su excelente desarrollo:
1.- La temperatura. La temperatura debe ser alta, bastante calor es el necesario para su buen crecimiento. Temperaturas en zonas calurosas y de condiciones climáticas extremas que provean y alcancen temperaturas de 20°C a 30°C. son las recomendadas.
2.- El suelo debe encontrarse en constante humedad. Un suelo con buen drenaje para mantener la humedad y retener el agua son los ideales; el uso de arena o arcilla complementan esta condición ya que no se requiere que haya un encharcamiento de las raíces. El PH del suelo debe ser ácido pues es el tipo de suelo que tolera la humedad para el crecimiento y desarrollo de esta planta y algunas otras; medido en valores de PH 6 o menos ya que es el recomendado para su cultivo. Los grandes espacios en terrenos abiertos e iluminados son necesarios para lograr un buen grosor de sus raíces y así lograr mayor producción. Cuando se tiene terrenos de baja humedad no se logra obtener la producción deseada; en resumen, su riego es exigente e importante sobre al inicio del cultivo al igual que el tipo de sustrato.
3.- El abono debe ser rico en materia orgánico y minerales. El mantenimiento y suministro del abono es indispensable aún después de ser sembrada. Un suelo fértil permite que su multiplicación se realice, la cual se desarrolla a través de las yemas de sus raíces dando cada uno a una planta adicional.
El tiempo para disfrutar del logro de un buen cultivo de la cúrcuma es de aproximadamente unos 10 meses.