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Bambú del Japón es una planta muy utilizada ancestralmente para ofrecer jardines característicos de los japoneses, donde la armonía paisajística de su estilo las vemos comúnmente en templos, parques, y calles de todas las ciudades. Está catalogado como costumbre y cultura para ellos, los japoneses.
El bambú es nativo de china, es un tipo de caña articulada, ligera y resistente, que se desarrolla velozmente; tanto que su crecimiento puede llegar a ser de un metro en 24 horas; otra característica relevante es que es muy resistente hasta temperaturas de menos 20 °C.
El bambú del Japón es de enorme tallo, de un tallo hueco que puede alcanzar alturas de 40 metros; presenta pequeños internodos. Sus hojas estrechas y pequeñas de unos 4 a 11 cm de largo cambian conforme a cambios de estación. En primavera son de color verde y en invierno amarillas, aunque caen quedando libre sus ramas.
Es una planta de zona templada, pero en invierno mantienen su brote; se aprecian brotes de bambú en la superficie de la tierra y tienen la condición de ser comestibles y de agradable sabor, más no ocurre con sus hojas ya que tienen cierto grado de toxicidad. La semilla puede tardar años en abrirse, pero una vez enraizada en tierra y asoma a la luz, su crecimiento es rápido.
La planta de bambú del Japón se puede cultivar en agua o directamente al suelo; necesitan luz filtrada, es decir, luz no directa; se recomienda poner poca luz a la que le permiten ser bien tolerantes.
En amplias locaciones de buena vegetación cuando se encuentran en grandes remansos y convertidos en bosque juegan con las luces del sol dando una vistosidad única y sin igual, propia de lugares destinados a relajación, meditación, paseos y costumbres propias de Japón en cuanto a áreas ancestrales diversas. Es considerado un arte de la naturaleza y uno de los principales atractivos turísticos del país.