Los musgos
son plantas muy simples, sin flores ni frutos, que solemos ver formando una capa mullida sobre rocas, troncos, ramas, y también sobre el suelo y edificaciones. Les gustan los lugares húmedos y sombríos, pero soportan muy bien periodos de sequía. En la jardinería oriental son muy usados, valorados tanto por su textura aterciopelada como por su color verde brillante. En nuestros jardines por lo común no buscamos especialmente tener musgo, sin embargo puede quedar muy lindo en algún rincón umbrío. Por otra parte el musgo desempeña un importante papel en la naturaleza: retiene la humedad del suelo, evita su erosión y degradación, absorbe los contaminantes del aire, es un refugio fundamental para pequeños invertebrados, y favorece el desarrollo de otras muchas especies animales y vegetales.
Musgo vs césped Sin embargo, cuando aparece entre el césped, el musgo representa un problema: afecta negativamente su apariencia y puede llegar a ser peligroso porque nos podemos resbalar al pisarlo. Para eliminarlo existen productos químicos que lo secan, pero no lo erradican: si no eliminamos las causas volverá a aparecer. El musgo se instala cuando se dan condiciones más favorables para su propio desarrollo que para el crecimiento del césped. Lo encontraremos donde este no crece o lo hace débilmente.
CONDICIONES QUE FAVORECEN EL CRECIMIENTO DEL MUSGO - Suelos con baja fertilidad
- Suelos ácidos
- Suelos compactados
- Áreas con mal drenaje
- Lugares de sombra
- Lugares con poca circulación de aire
- Riego excesivo
- Mala elección de la especie de césped para las condiciones del jardín
- Falta de mantenimiento apropiado (cortes muy bajos, falta de aireado y escarificado)