Otoño es una estación en la cual se realiza la poda de especias e infusiones, la recolección de cultivos y se prepara la tierra para un nuevo ciclo. Para que la producción de otoño sea óptima es necesario preparar correctamente el huerto y el primer paso debe ser remover el sustrato con ayuda de una azada y una pala para romper los cúmulos de tierra que se hayan podido formar hasta lograr un terreno suelto y ligero, limpiar los restos de cultivos anteriores arrancando y eliminando las plantas que han terminado su ciclo, semillas y malas hierbas que hayan proliferado, allanar la superficie con ayuda de un rastrillo y proceder a fertilizar con abono orgánico.
Una vez acondicionado el huerto para la nueva plantación de invierno, debemos elegir las hortalizas que vamos a cultivar, teniendo en cuenta que las plantas de otoño deben ser plantas que resistan climas fríos y humedad y ubicarlas donde puedan aprovechar al máximo la poca luz solar disponible durante el invierno, teniendo en cuenta también el tipo de crecimiento de cada especie, ya sea lento como las zanahorias y repollos o rápido como las lechugas o rabanitos. Es recomendable optar por el sistema de rotación de cultivos para disminuir el desgaste o erosión de la tierra, así como la asociación de cultivos para controlar las plagas y enfermedades. También se aconseja para el cultivo de algunas especies la preparación de semilleros hasta que los cultivos alcancen un tamaño adecuado para ser trasplantados al sustrato definitivo, los cuales ayudan a que la cosecha crezca más rápido.
Entre los cultivos otoño invierno más adecuados podemos mencionar: la escarola de invierno, la espinacas, las habas, la cebolla temprana, los guisantes, las coles, la lechuga de invierno, las coliflores, los canónigos, el perejil, los rabanitos, los puerros y el ajo.
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