Entre la amplia gama de opciones para recubrimiento de terrenos en el diseño de jardines, destacan una gran variedad de plantas tapizantes, llamadas también alfombrantes o cobertoras, y masas arbustivas que, aunque no soportan muchas pisadas y tienen sus ventajas y desventajas particulares, sustituyen con mucho éxito al césped natural. Son especies que crecen desparramadas en la tierra o en forma de pequeñas puntas bajas, como la uña de gato y la uña de león, arbustos como el romero rastrero y algunas trepadoras como la hiedra y la madreselva que, entre otras bondades, también impiden el crecimiento de hierbas malas.
Las plantas tapizantes y las masas arbustivas, de acuerdo a la especie seleccionada, pueden ser utilizadas para cubrir pequeñas áreas, como los pie de árbol, o grandes extensiones de terreno, ya sea al sol o a la sombra y aunque puede resultar costosa la plantación de estas especies en determinadas extensiones, su mantenimiento y consumo de agua son mínimos, comparativamente con los costos de conservación del césped natural. También resulta muy conveniente su uso en áreas de pendientes pronunciadas que dificultan el mantenimiento, especialmente la siega. Desde el punto de vista ornamental, muchas especies tapizantes ofrecen a nuestros sentidos espectaculares y exóticas floraciones de variados colores y exquisitos aromas, entre ellas la begonia, la vinca, la lipia, la lamprantus y la milenrama.
Las plantas más utilizadas como tapizantes son las vivaces, excelentes plantas tapizantes o cobertoras porque son capaces de crecer muy juntas, ofreciendo según su ciclo espectaculares floraciones como la festuca azul o la jabonera roja y las perennes que mantienen las hojas y flores todo el año como la begonia, arbustos como el junípero, el romero rastrero o el cotoneaster, plantas crasas como la uña de gato y la uña de león y entre las trepadoras la madreselva, la hiedra y la buganvilla son los ejemplos más populares.
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