Los setos pueden ser formales o informales y cada tipo de seto
requiere una poda completamente distinta. El seto formal, de uso muy extendido, requiere recortes frecuentes para conservar su perfecta forma geométrica mientras que el seto informal, muy recomendable por el poco mantenimiento que amerita,
crece libremente y florece con poda mínima solo para renovación y conservación.El seto formal una vez plantado se dejara crecer y espesar libremente, procurando que la anchura de la base se forme y se conserve siempre mayor que la anchura de la parte superior permitiendo así que la luz solar llegue al interior del seto, recortando solo los brotes laterales que sobresalgan muy vigorosamente, hasta alcanzar una altura máxima de metro y medio y comenzar entonces a cortar las puntas superiores para beneficiar la ramificación interna y la densidad del seto, a excepción de los setos de coníferas que no deben ser despuntados hasta alcanzar completamente la altura deseada. A partir del primer recorte, el seto formal requerirá, de acuerdo al clima, entre dos y cinco podas al año para mantener su forma y evitar que se ensanche y envejezca prematuramente, comenzando siempre por los lados.
Cuando el seto envejece, se queda sin hojas en su interior, se deforma y su altura o anchura se vuelven excesivas
se debe intentar su renovación mediante una poda drástica y vigorosa, preferiblemente durante su época de menor actividad, rebajando todas las ramas al máximo. Hay especies que se regeneran fácilmente en unos meses y otras pueden tardar más de tres años, debiendo podarse el primer año la copa, el segundo año un lado y el tercer año el otro lado. En el caso de setos de coníferas es mejor plantar un seto nuevo, ya que la renovación de estas especies es muy poco probable.