Entre los métodos de control y eliminación de las malas hierbas, aparte del uso de herbicidas, son de manejo extendido las técnicas de rotación de los cultivos y control de la luz así como los tradicionales sistemas manuales. Es sabido desde la antigüedad que el cultivo continuado en un mismo terreno de una sola especie trae consigo el establecimiento creciente de malas hierbas específicas para cada tipo de cultivo y el descenso paulatino a través de los años de la productividad de dicho cultivo, por lo cual la rotación de los cultivos es un factor vital en el control y prevención de malas hierbas y la elección de especies competitivas de rápido crecimiento radicular capaces de instalarse en el espacio y lograr el aprovechamiento de los nutrientes, cubrir la superficie y alcanzar una altura capaz de impedir que la luz solar llegue a las malas hierbas antes que estas se instalen. La utilización de plantas tapizantes para formar una especie de acolchado o alfombra que impide el paso de luz entre los cultivos principales es también una opción muy utilizada en jardines para la prevención de malas hierbas ya que además muchas de ellas aportan un espectacular elemento ornamental.
Además de la prevención existen métodos de control físico o mecánico para la eliminación de malas hierbas sin el uso de herbicidas. Los métodos manuales o físicos más ampliamente utilizados a través de todos los tiempos persiguen la eliminación de las hierbas, arrancándolas de raíz con la mano o utilizando diversas herramientas como azadillas, palas y escardadoras manuales. En la actualidad existen aparatos eléctricos de última generación, como los escarificadores de césped, especialmente diseñados para facilitar el trabajo de limpieza de jardines, mediante cuchillas que arrancan de raíz las malas hierbas a la vez que oxigenan y optimizan el sustrato, logrando resultados óptimos sin mayor esfuerzo.
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