Las flores y hojas de ciertas plantas emanan agradables aromas, ya sean estos dulces, cítricos, suaves o intensos, sus diferentes fragancias despiertan emociones particulares en las personas e incrementan el atractivo de cualquier jardín y conocer sus particularidades, asociarlas y distribuirlas adecuadamente permite aprovechar esta cualidad sensitiva en el diseño tanto de ambientes interiores como parques y jardines. Estas plantas aromáticas requieren de condiciones ambientales y cuidados específicos de acuerdo a cada especie al igual que cualquier planta, que debemos tomar en cuenta antes de elegir la variedad que queremos cultivar. Como regla general, entre los cuidados básicos tendremos que regar después de realizar la plantación y en épocas de sequía, abonar regularmente y mantener limpio el sustrato.
Se pueden plantar en macizos, arriates o macetas, formando grupos de la misma especie, rodeados por otras de menor tamaño y su ubicación reviste especial importancia en la elección de las especies a plantar. En el diseño de entradas y espacios abiertos destinados a reuniones sociales, los nardos, alhelíes y narcisos con sus perfumes intensos representan una excelente alternativa al igual que el naranjo y el eucaliptus que esparcen su perfume al roce de sus hojas, mientras que para un jardín íntimo cercano a los dormitorios o para ventanas, terrazas y espacios interiores la mejor opción son los aromas dulces y suaves de las rosas y madreselvas y en el área de la cocina, sin lugar a dudas, todas las especies de hierbas aromáticas son las preferidas.
Cada estación hay especies aromáticas que se plantan de manera escalonada, preferiblemente en primavera y en otoño, para disponer de jardines perfumados todo el año, en el invierno están los eléboros, de suave fragancia a almizcle y la campanilla, con olor a miel, en primavera los cerezos, almendros y el lilo, en el verano hierbas aromáticas como tomillo, salvia, albahaca y manzanilla, en otoño los nardos y trepadoras como el guisante.